lunes, 15 de octubre de 2012

“Chicos, voy a contaros una historia increíble, la historia de cómo conocí a vuestro padre”. Oh really? ¿Yo, madre? Pero si no tengo paciencia con los críos. Y encima salen carísimos. Les pagas todo y luego te salen canis o chonis, y te dicen cosas como “Mamá, ¿me compras este disco de X cantante niño que es una niña?”. Mira, ya tengo bastante en la vida como para tener más disgustos como esos XD.
En fin, a lo que iba, voy a contar cómo conocí a Carlos.
Nos tenemos que remontar hasta hace cinco años, allá por principios de octubre. Estaba frustrada y deprimida por haber sacado un 4,97 en el examen de selectividad y por suspender el teórico (me importaba un poco menos, porque a mí conducir no me gusta, pero sí me sentó un poco mal suspender). Había pensado en hacer un módulo de Formación Profesional porque me negaba a hacer lo que algunos me aconsejaron: tomarme un año sabático para relajarme y meditar. Por una pequeña confusión acabé en clase de ASI en vez de DAI, pero a día de hoy, no me arrepiento en absoluto: aprendí muchas cosas, conocí a bastante gente agradable y, sobre todo y lo más importante: mi vida cambió para mejor. Y era porque en esa clase estaba Carlos.
Era 15 de octubre cuando comencé las clases, unas semanas después de que empezara el curso. Recuerdo que el primer día fue el peor de todos, porque no conocía a nadie, todos ya tenían un ritmo de las clases, no me enteraba de nada y, encima, la tutora me presentó a la clase como en esos animes de instituto: me pusieron frente a la pizarra y dijo mi nombre para que todos lo supieran. ¡Qué vergüenza pasé! Me senté al lado de dos chavales sin saber que uno de ellos iba a ser mi pareja durante cinco años (y espero que sean muchos más) y un gran amigo con el que compartí muchas risas.
No hablé con ninguno de mis compañeros el primer día. Ni el segundo. Fue el tercero. Un jueves. Y todo comenzó cuando mis dos compañeros de pupitre hablaron de un programa que me gustaba mucho.
 – ¿Habláis de Muchachada Nui? – les pregunté.
Y desde entonces, fue un no parar. Descubrimos que los tres teníamos mucho en común y, poco a poco, fui integrándome en el grupo. También fui conociendo más a Carlos, con el que me quedaba en clase en los recreos jugando a Farenheit (qué sustos me llevé, madre XD. Tanto que hasta grité XD) o viendo Samurai Champloo (que fue cuando descubrí que Nakai, uno de los seiyuus o dobladores que más me gustan, participaba en esa serie). supe que su amistad iba a ser incalculable cuando conseguí comentarle todas mis angustias y aún recuerdo lo que me dijo: “Haré lo imposible para que vuelvas a estar bien. Lo prometo”.
Y así ocurrió.
 Durante cinco años nos hemos visto las caras todos los días, de lunes a sábado, y algún que otro domingo también. Bueno, durante cinco años no. Fueron cuatro, porque hace un año y tres meses nos fuimos a vivir juntos, así que ahora nos vemos a todas horas (bueno, salvo cuando curra o cuando curraba yo).
Y así fue cómo conocí a Carlos.
Categories:

1 comentarios :

crazy_mj dijo...

que bonita historia!!! yo admiro a las parejas que llevan más de 3 años juntos, ya que yo en mi primera y única experiencia amorosa en la que me enamoré ciegamente, estuvimos 13 meses y ver a tu gente feliz con sus parejas, hace que tenga envidia de la sana jajaja

me alegro de que seas feliz!!! y que lo seáis por mucho tiempo!!

un abrazo guapa!!